Pequeña gráfica que explicaremos más adelante |
Volvemos, después de una larga temporada, con un artículo de opinión, de esos que gustan en internet, una especie de lista donde se enumeran los tipos de algo (personas tóxicas, depresivas, alegres...). Una lista que normalmente leemos y tendemos a analizar a compañeros, amigos y familiares cercanos en busca de quién podría encajar en cual perfil y que en mi opinión, normalmente deberíamos de usar más para autoanalizarnos y realizar una autocrítica, para ver, si nosotros estamos haciendo alguna de esas cosas nocivas.
Con esto en mente, espero que cada unos de ustedes se mire a si mismo y pueda llegar a ver de que pie cojean, esperando que este artículo ayude a ser mejor compañero en el tatami y mejor artista o atleta en general.
Bien pues, desde nuestro punto de vista (recordando que esto es un artículo de opinión) encontramos tres grandes grupos en los que podemos sentirnos identificados en mayor o menor medida y estos son: los compañeros resistentes, complacientes e intensos. Pasamos a explicar ahora uno por uno sus peculiares características.
1. RESISTENTES
Este es un grupo que se caracteriza por ofrecer toda le resistencia posible para evitar que su compañero realice la técnica correcta y efectivamente. Da igual que se trate de un randori, sparring, combate libre, drill, repaso de técnica... nada de esto importa, el resistente aplicará toda su fuerza, todo su peso y todo su conocimiento (si lo hubiera) para que no realices esa, o cualquier técnica. Hasta aquí muchos podrían argumentar que esto es totalmente legítimo, sobre todo en combate libre, pero "la gracia" del resistente es que al gastar el 100% de su energía en defender, poco o nada puede hacer para atacar y, su ofensiva se basa en esperar el posible fallo del compañero, haciendo cualquier combate con este tipo de personas, un tedio para ambas partes.
Pero sin duda el mayor problema, realmente es cuando conseguimos aplicar una técnica a este tipo de compañeros,y es que después de haber aplicado tanta resistencia, es normal que el oponente a su vez se haya esforzado a fondo y, por consiguiente la técnica resultará aun más devastadora. Si es un derribo, la caída será dura, si es una luxación, la articulación sufrirá daño y si es una estrangulación, la semiinconsciencia está garantizada. ¿Y de quién es la culpa al final?... del otro, claro está, que es una bestia y no controla...
Al final al resistente, o lo controla el miedo (el miedo a caer, a hacerse daño, a no saber hacer algo... ) o el ego, y utiliza este medio para lo que el piensa que es protegerse, cuando lo único que está haciendo realmente es ponerse en mayor peligro.
Disciplinas típicas donde encontrarnos un resistente: Judo, Jiu-Jitsu, Wrestling, Lucha grecorromana, Lucha canaria...
A menos que nos juguemos medalla olímpica (como parece ser el caso), ¿realmente merece la pena jugarse el cuello por resistir una proyección?.... |
2. INTENSOS
Aquí tenemos quizás a la contraparte de los resistentes, que son los intensos. Este grupo se caracteriza por ser los duros del gimnasio, los que lo dan todo en cada entrenamiento, para los que el oponente y el saco son prácticamente lo mismo, para los que le ciega, el ansia de atacar sin control y mesura alguna y, no hablemos ya en algunos casos de la técnica... Este grupo destaca sobre todo en los randori, combate libre o sparring, que se realiza en cualquier clase de cualquier disciplina y es fácilmente reconocible por sus grandes aspavientos, ruidos y tremendos golpes, y pobre de aquel que se le ocurra golpear una sola vez igual de fuerte que el intenso...
La intensidad es importante dentro de cualquier disciplina, aporta una connotación de realismo, nos prepara para la competición o "la calle" (depende de lo que entrenemos), nos pone al límite y nos ayuda a mejorar como atletas, pero siempre hay que medir la intensidad. Sin técnica y experiencia no puede haber intensidad. Tenemos siempre que tener en cuenta la diferencia en edad, peso y/o experiencia, con nuestro oponente y en base a ello ajustar la intensidad. Debemos hacer en combate aquello que sabemos hacer bien ,y dejar los experimentos y cosas raras, para cuando toque trabajar de forma tranquila y asilada la técnica.
Pero nada de esto se aplica al intenso, el solo quiere atacar y destruir, ser competidor, ganar medallas, ser el mejor del gimnasio, porque el resto de personas "no entrena de verdad", porque alguien con menos experiencia no puede siquiera tocarme... y al final abandonar porque nadie quiere ponerse con él o porque en la primera competición no pasa de la primera ronda...
Disciplinas típicas donde encontrarnos un intenso: Boxeo, Kick Boxing,Muay Thai, Karate...
Me parece perfecto que usted sea profesional... pero yo vengo dos veces por semana y mañana trabajo, así que por favor relajémonos un poco... |
3. COOPERADOR
Llegamos con este al último grupo, que poco o nada tiene que ver con los anteriores, pero que a su manera son igual de perniciosos, y estos son los cooperadores. Por cooperador entendemos a aquel compañero que se pliega a cualquiera de nuestras voluntades, que no cuestiona ni física, ni teóricamente nuestra técnica o práctica y que por el contrario se muestra adulador y complaciente a la misma vez. Da igual si hacemos las cosas relativamente bien o claramente mal, el cooperador siempre caerá, siempre abandonará y siempre dirá que le ha llegado bien el golpe.
Como en los anteriores casos, podríamos llegar a decir, que en parte esto es bueno, genera una confianza entre compañeros, una cooperación y no se generan tensiones... pero esto es solo en parte, y cuando la cooperación se lleva bien y en escasa medida, lo que no suele ocurrir. Y es que el cooperador en su afán por agradar al "maestro" o a los compañeros mas avezados, se prestará como muñeco de trapo para cualquier fin, esperando quizás que un futuro, nuevos alumnos se plieguen a el de la misma manera. Y he aquí el error, pues estamos basando nuestra práctica en conceptos erróneos, que dependen más del compañero que de nosotros mismos y, si este no coopera...pues no sale.
El cooperador pues, no deja de ser una persona que ansía ser aceptado en el entorno social del gimnasio, y que para ello se deja manejar, con la esperanza de poder ser aceptado más rápidamente dentro de este entorno, o promoverse en la escala de grados que sea aplique a esa disciplina.
Como en los anteriores casos, podríamos llegar a decir, que en parte esto es bueno, genera una confianza entre compañeros, una cooperación y no se generan tensiones... pero esto es solo en parte, y cuando la cooperación se lleva bien y en escasa medida, lo que no suele ocurrir. Y es que el cooperador en su afán por agradar al "maestro" o a los compañeros mas avezados, se prestará como muñeco de trapo para cualquier fin, esperando quizás que un futuro, nuevos alumnos se plieguen a el de la misma manera. Y he aquí el error, pues estamos basando nuestra práctica en conceptos erróneos, que dependen más del compañero que de nosotros mismos y, si este no coopera...pues no sale.
El cooperador pues, no deja de ser una persona que ansía ser aceptado en el entorno social del gimnasio, y que para ello se deja manejar, con la esperanza de poder ser aceptado más rápidamente dentro de este entorno, o promoverse en la escala de grados que sea aplique a esa disciplina.
Disciplinas típicas donde encontrarnos un intenso: Aikido, Taichi, Wushu,...
Cuando únicamente se acepta a un compañero 100% cooperador es para sacar fotos, quedan muy bien. |
CONCLUSIÓN
Pues como en estos casos, la conclusión queda a cargo de cada uno. Evidentemente lo ideal sería hacer autocrítica y ver que podemos corregir de nuestro comportamiento en el tatami. También dejar claro, que a parte de ser una opinión personal (y por ende totalmente subjetiva), los tres comportamientos son el máximo exponente del mismo, es decir, es la conglomeración de todos los aspectos negativos concentrados en un solo grupo. Es raro encontrar a una persona que encarne al 100% alguno de estos aspectos. Además, normalmente estos aspectos (Resistente, Cooperador e Intenso), se suelen entrelazar en un misma persona, y a lo largo del tiempo estas van cambiando. Evidentemente cualquier disciplina puede tener un "representante" de estos grupos y los ejemplos que he dado, son solo eso ejemplos característicos que nos hemos cruzado por el camino.
Por desgracia, a día de hoy, no sabría muy bien como solucionar estos aspectos y es que, como cualquier rasgo negativo, para eliminarlo necesitaríamos la ayuda de un profesional (cosa que no soy) y mucha voluntad de cambiar, el único consejo que podríamos dar es tender a un punto medio, cooperar cuando sea necesario, cuando por falta de experiencia el compañero necesite una mano, pero no para agradarle, solo para que pueda mejorar y crecer, intensidad sí pero siempre teniendo en cuenta a quien tenemos delante (peso, edad, experiencia...) y una intensidad siempre acordada, no me vale uno a 100% y el otro a 70% y , resistencia bien entendida, aguantar los derribos, hasta que sean inminentes y entonces fluir, aguantar estrangulaciones y luxaciones y abandonar bastante antes de que nos duela o nos falte el aire, para trabajar con seguridad... Al final como todo en esta vida, mesura y responsabilidad, por nosotros y nuestros compañeros.
Los artículos de opinión al igual que el resto de contenidos en este blog, son propiedad de Bushido Canarias.
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