15 de agosto de 2013

Kuro Obi


Kuro Obi, significa literalmente en japonés "cinturón negro" una meta que para muchos es la principal o más importante cuando empieza un arte marcial y que para los que no practican ninguna disciplina marcial está asociada a un gran conocimiento del arte marcial en cuestión y un cierto grado de profesionalidad en la misma.

Nada más lejos de la realidad.

El cinturón negro de cualquier arte marcial es simplemente un paso más en el camino, quizás el primero incluso en el largo camino que tiene que recorrer todo practicante. Y si, decimos el primero pues los grados Kyu (o sistemas de colores) son solo una pequeña muestra, un corto paseo por el arte marcial a la que estamos dedicando nuestro tiempo. Una buena analogía o símil para entenderlo, sería la idea de llegar a la azotea en un gran edificio de muchas plantas, bien los grados Kyu serían el rellano y el cinturón negro sería simplemente llegar hasta la primera planta, quedándonos muchas aun por subir.

Muchas personas están varios años entrenando, consiguen el cinturón negro y acaban por dejar el arte marcial, pensando que han llegado a la cima, cuando aún no han conseguido más que empezar a rascar la superficie. Y esto vienen dado en gran medida por la percepción occidental del éxito donde pretendemos poner un fin y un título a todo conocimiento, cuando hay cosas que por su dantesco tamaño son inabarcables para una vida humana. Da igual que consigas un "título" que ponga que eres cinturón negro, entrenador, maestro... etc. Las artes marciales no son un graduado escolar, bachiller o una licenciatura o diplomatura. Siempre te quedaran cosas que aprender, siempre podrás crecer y ver cosas que jamas hubieras adivinado, por muchos que sean los años que lleves.

Esto para muchos es fuente de frustración, pues la sensación de no poder llegar a ser nunca "El Maestro" que todo lo sabe y de todo conoce lo reconcome por dentro, pero el verdadero artista marcial es el que se regocija en este pensamiento, y entiende que hasta el día que deje de entrenar o muera, habrá algo nuevo que aprender, habrá siempre algo que hacer que jamas haya visto, que cualquier persona pueda aportarle algo nuevo es una sensación reconfortante para muchos, aunque a otros les pese que los corrijan cuando son cinturones negros.

Y es que es cuando se llega a cinturón negro es cuando más hay que corregir, cuando más hay que aprender y perfeccionar y cuando más difícil es aceptar que uno no sabe prácticamente nada y que tiene toda una vida por delante para reafirmarse en ese concepto.

Al final nos empezamos a dar cuenta de que el cinturón, independientemente del color, solo sirve para que las partes del gi o chaqueta no se abran y mantener cierta etiqueta en el tatami. Nada más.




Los artículos de opinión al igual que el resto de contenidos en este blog, son propiedad de Bushido Canarias. 
Las ideas aquí expuestas representan la opinión de nuestro equipo y en ningún momento pretenden ser más que una mera opinión personal de los asuntos tratados.


Respetamos cualquier otra forma de pensar o expresar estas ideas.