El título de esta entrada es una cuestión a la que toda persona que dedique parte de su tiempo libre o profesional al estudio y desarrollo de las artes marciales se ha enfrentado a lo largo de su vida. Es una duda que asalta al entorno del practicante continuamente.
¿Por qué haces artes marciales? ¿Que ganas con ello? ¿De verdad funciona eso? Pero, ¿a ti te gusta que te peguen así?... muchas de estas preguntas provocan una sonrisa y no dejan de tener un carácter meramente curioso o interrogador por parte del que las realiza (aunque siempre hay alguien que plantea estas cuestiones en tono de burla, simple maldad o supuesta superioridad). Realmente estas dudas, son totalmente razonables, el desconocimiento por parte de una gran mayoría de este pequeño mundo, la mala fama y prensa que pueda tener en determinados momentos y aspectos, lo que se pueda ver en redes sociales o YouTube... todo esto lleva a no entender porque alguien querría hacer artes marciales y dedicarle tantos años de su vida.
Supongo que la respuesta a estas preguntas puede ser simple y complicada a la vez.
Lo primero que debes dejar entender es que son para ti las artes marciales. Si como para muchos de nosotros es simplemente una forma de hacer deporte y pasar tu tiempo libre de una forma distinta a estar en frente de un televisor, debes dejar esto claro. ¿Por que juegas tu al fútbol o baloncesto? ¿Por que te gusta ir de senderismo, o a la playa? Porque te divierte, porque te realiza como persona y porque tu tiempo libre lo dedicas realmente a aquello que te llena y te hace crecer. Porque quieres cuidarte y estar en forma y las artes marciales te dan todo esto y son tu pasión.
Es un estilo de vida, como otro cualquiera, no hay que sacar nada en claro, solo disfrutar el camino. No hacemos artes marciales para "aprender a pegarnos", no queremos buscar peleas, no nos interesa, no es lo que se busca y no es lo que se enseña. Por supuesto si sufro una agresión en la calle, en mi domicilio o en mi puesto de trabajo me voy a defender (si es posible), pero como cualquier otra persona lo pudiera hacer en las mismas circunstancias.
Es quizás una visión tan occidental que no nos damos cuenta la que lleva a hacer este tipo de preguntas, todo lo que hacemos tiene que tener un porque y un uso. De que sirve hacer algo si después no podremos usarlo nunca, si nunca vamos a ser capaces de enseñar nuestras habilidades. Y he hay el motivo principal de estas preguntas, simplemente es una manifestación de nuestra mentalidad occidental, que quizás, y con suerte, el practicante de artes marciales ha superado.
Por explicarlo con una metáfora, ¿ Porqué pintar un cuadro y dejarlo en una habitación de tu casa donde nadie o casi nadie lo vea ? Pues porque es pintar el cuadro lo que quiero hacer, lo que me desconecta, lo que me da tranquilidad y lo que me gusta hacer en mi tiempo libre, si después nadie lo ve o nadie lo aprecia, no tiene relevancia alguna para mi, pues es la sensación de bienestar mientras pinto lo que busco en realidad, no el cuadro resultante.
No hacemos artes marciales para ser mejor que nadie, para conseguir un cinto, un título o lo que sea. En general la mayoría entrenamos artes marciales porque nos gusta tanto que hacemos de ello una parte de nuestra vida de la que después no podemos prescindir.
Por explicarlo con una metáfora, ¿ Porqué pintar un cuadro y dejarlo en una habitación de tu casa donde nadie o casi nadie lo vea ? Pues porque es pintar el cuadro lo que quiero hacer, lo que me desconecta, lo que me da tranquilidad y lo que me gusta hacer en mi tiempo libre, si después nadie lo ve o nadie lo aprecia, no tiene relevancia alguna para mi, pues es la sensación de bienestar mientras pinto lo que busco en realidad, no el cuadro resultante.
No hacemos artes marciales para ser mejor que nadie, para conseguir un cinto, un título o lo que sea. En general la mayoría entrenamos artes marciales porque nos gusta tanto que hacemos de ello una parte de nuestra vida de la que después no podemos prescindir.